En el «fragmento de los imperativos de la necesidad/carencia» (Apad Dharma Parva), en el Mahabharata, el patriarca Bhishma dice cosas que son difíciles de oír.
Bueno, es el texto el que las escribe, pero cuando lo leo me siento como si estuviera allí, junto a Bhishma, oyéndole decir que mentir deja de ser pecado cuando se miente a una mujer o que los siervos (shudra) no poseen nada, y es lícito quitarles lo que haga falta para completar un sacrificio, sin preguntar ni pedir disculpas. (Apad Dharma Parva, 159)

Lo oigo, pero no lo entiendo del todo. Después de casi diez años inmerso en el Mahabharata, me siento lejos del texto, aunque cerca de la narración. Porque siento que no tiene sentido criticar (comentar) fragmentos del Mahabharata para escribir lo que quiero escribir; ni para secundar ni para cuestionar lo escrito, porque dividir y clasificar el texto, reordenarlo, no aporta a su comprensión. Lo único que puedo decir es que el texto no es rígido ni estático, sino fluido. Bhishma no habla de lo que dice, sino que produce un efecto mediante su exposición.

En esta entrada comparto el enlace de un artículo que escribí hace unos meses. En su momento, prometí en este blog que compartiría el enlace si se publicaba. Ahora me sirve para que esta entrada hable del Mahabharata a pesar de todo; a pesar de que yo me sienta en un limbo, perdido con Bhishma en un lugar fuera del tiempo: a la vez lejos y cerca del Mahabharata.

El artículo responde al encargo de escribir para la revista compàs d’amalgama sobre magia y espiritualidad en Barcelona, de manera académica, para presentar este reto de narrar el Mahabharata en doce años. Su recepción fue polémica y estuvo a punto de no publicarse; puedo entender por qué. Dejo aquí el enlace, y estaré encantado de escuchar tus comentarios al respecto.

Imágen de Michael Dumontier & Neil Farber