Lo que somos, no es nunca lo que seremos.
Lo que me gusta, lo que necesito hoy, no sé si me servirá mañana. Es por esto que la transformación no se ve: porque ¿en qué momento pasa el cambio?
Nunca lo sabremos.
El huevo es un huevo y la gallina una gallina. ¿En qué momento uno se convierte en otro? Nunca y siempre.
Cuando termina la guerra que relata el Mahābhārata el rey Yudisthira y sus hermanos han ganado, pero todos los guerreros han muerto. El mundo se ha transformado, ya no será igual.
[Nunca ha sido de otra manera, dirán, algunos, después.]
Yudisthira atraviesa la transformación, la encarna, y tal vez por esto quiere desaparecer. No sabe si está aquí o allí, y no quiere vivir (Mahābhārata, Shanti parva). Sus hermanos, su esposa, sus tío y consejero Vidura, y también su abuelo, Vyasa, el narrador de la historia, lo animan.
O, dicho de otra manera, lo quieren.
La crisis de Yudisthira saca a relucir el amor de su familia.
De esta manera comenzó esta era nuestra de la confusión (Kali Yuga): con el amor de una familia sosteniéndose en la preocupación.

Somos supervivientes perdidos, intentando no dejar la guerra, viviendo la ilusión que es necesario luchar aún.
Algunos, pocos, despiertos. Ya conscientes que la lucha terminó hace milenio.
Qué bonito! Gracias.
Sentía que me faltaba una frase para cerrar este escrito, pero no aparecía y al final lo he subido tal como estaba. La frase que faltaba, para mí, es esta que has escrito.
Hoy ha pasado algo muy especial en este blog. Saludos.