La tierra y “lo creado”

Vapor de una sopa elevándose

hacia nubes grises de primavera.

Mañana no estaremos.

Dicen las historias antiguas -cuentan- que existió otra humanidad antes de esta que conocemos ahora. Una humanidad tan humana como nosotros, pero distinta, que vivió en esta misma tierra, que era un poco distinta: más fértil y más rica en portales interdimensionales.

Cuando se cuentan en sánscrito, estas historias llaman a la tierra bhū (भू). Las leyendas usan la raíz sánscrita bhū, que se podría traducir por “hacerse”, o “ocurrir. Como si las palabras sánscritas asociaran a todo lo que llamamos tierra con lo que se está haciendo, o lo que está ocurriendo.

Todo esto que está ocurriendo es La Tierra. Y todos los mundos, desde el centro de la galaxia hasta los asteroides que flotan en nuestro sistema solar, o los remolinos del vaho de un té servido bajo nubes grises de primavera, forman parte de La Tierra.

Bhūta (भूत), en sánscrito, es un tiempo perfecto de la raíz bhū. Si bhū es “hacerse”, bhūta sería “hecho”.

Bhūta son los seres. Los animales y los seres humanos. También espectros y fantasmas.

Algo realizado, moldeado, hecho, ya ocurrido, somos cada uno de nosotras.

Hechos con el corazón y con la mente.

Con el corazón del universo

y la mente original.

Ocurridos, en el pasado. Esta tierra de la que formamos parte es algo que nos encontramos. Inercias y condiciones heredadas que transformamos juntos.

Una traducción hebrea de la palabra sánscrita bhūta es “nivraim” (נבראים). El perfecto de bará (ברא): “creado”. Lo “creado”, como “lo ocurrido”, lo que ya está hecho, es “nivrá”.

«En el origen Dios creó (bará) el cielo y la tierra, y su viento (ruah) sobrevolaba las aguas». Es casi imposible expresar la palabra nivrá en hebreo sin pensar en la primera frase de la Biblia. Los creados (nivraim) somos los habitantes del mundo que creó (bará) en el origen eso que es el origen de todo, la fuente de la que todo sale y a la que todo vuelve – lo que crea, destruye y preserva: Krishna, en la Bhagavad Gita: «Yo soy el viento (ruah) en todos los creados (nivraim)» dice Krishna en la traducción hebrea del verso 10.22. «Yo soy la consciencia (cita) en todos los seres (bhūta)» en el original sánscrito.

La consciencia ilumina las palabras que las criaturas humanas usamos. Las palabras aprendidas de nuestros mayores. Las palabras que nuestros mayores aprendieron de sus mayores, y sus mayores de los suyos, en una cadena que se pierde en el origen de la memoria.

¿Quiénes fuimos antes de las palabras?

¿Quiénes somos más allá de las palabras?

Palabras que habitamos.

Palabras que nos acogen.

Consciencia que ilumina sonidos heredados, costumbres

y conversaciones copiadas a nuestros mayores.

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