Esta es la primera entrada del décimo año de inmersión en el Mahabharata que este proyecto propone; con los ecos del encuentro de presentación del noveno año todavía resonando todavía en mi cuerpo.
La propuesta de juego que narrativo que ha nacido durante este noveno año que ahora ha terminado es la manera de narrar el Mahabharata que más interesante me ha parecido a mí, personalmente, por muchísimas razones que todavía estoy procesando, y seguiré haciendo, a medida que haga el acta escrita de la grabación en audio que quedó del evento del 12.12.24. Espero poder ir compartiendo en este blog todo lo que sea relevante de estos aprendizajes, y espero poder ir madurando la experiencia, también, repitiendo este juego narrativo en otros espacios y fechas. De momento la próxima fecha que ya tenemos agendada es el 11 de Enero de 2025, en la sede del colectivo CRA’P en Mollet del Vallès. Al final de la entrada compartiré más información sobre esto.
Me parece delicado exponer aquí todo el proceso que lleva a las impresiones que quiero compartir, y quizá desconcertante, para quienes no hayan vivenciado el juego todavía, así que paso directamente a la impresión en sí misma:
Leyendo el fragmento del Mahabharata llamado Dharma Raja Parva, o el «fragmento del deber de los reyes», que forma parte de esta tercera parte del Mahabharata que toca transitar en estos tres años que quedan del proyecto, que es el fragmento de la reflexión posterior a los eventos de la guerra de Kurukshetra, percibo de repente la importancia que tiene la política en el Mahabharata. Y, a su vez, como continuamente hace el Mahabharata, el juego metanarrativo que lleva a cabo el relato, visibilizando sus proipios límites: En este caso, la larga (largísima) exposición de consejos políticos que el general, patriarca, abuelo y consejero Bhishma da al rey Yudisthira implica exclusivamente cuestiones relacionadas con el mundo humano. Pero, la narración del Mahabharata ha visibilizado de manera extrema la presencia de lo salvaje, y lo invisible, en el entramado de la historia. De hecho, los protagonistas (el rey Yudisthira y sus hermanos) no hubieran ganado la guerra sin haber utilizado (sin haberse aprovechado, podríamos decir) de lo salvaje.
En concreto, para dar uno de tantos ejemplos: el hermano menor de Yudisthira, Bhima, tiene un hijo con una rakshasi, una mujer salvaje –maga y bruja, quien se puede transformar en tierra, insecto, océano, anciana, hechicera, diosa o la forma que quiera– y vive de noche – en el bosque, siempre, entre las raíces que huelen húmedas y verdes cada vez que retorna la primavera y la tierra vuelve a florecer, madura y ansiosa bajo nuestros pies. Bajo un cielo suave al tacto, entre los jabalíes, las gacelas, los cazadores humanos que viven lejos de la ciudad y los plateados músicos celestiales que viajan entre las estrellas o los espíritus elementales que iluminan los árboles-. Este hijo, Gatotkacha, es crucial para ganar la guerra. De hecho da la vida por los protagonistas, por la victoria. Pero su mundo, el de los arroyos y las montañas, los volcanes y las armas celestiales, no aparece en los consejos al rey. Solo vemos el mundo humano, el de las intrigas y la cuestión de la lealtad, la necesidad, el interés y el bien común. Los cálculos del poder, en fin, pero considerando las cuestiones internas de la organización humana, exclusivamente.
La guerra misma, y la victoria de Yudisthira, no habrían sido posibles sin el apoyo de lo salvaje, representado aquí por figuras como Gatotkacha, cuyo sacrificio emerge de un mundo marginalizado en el discurso político. Este contraste invita a repensar la centralidad de la experiencia humana y a reflexionar sobre las múltiples dimensiones que sostienen nuestra existencia y nuestras decisiones. En este proyecto, narrar el Mahabharata es también un juego de espejos entre las historias que contamos y las fuerzas invisibles que las configuran, un viaje que continúa desplegándose en su complejidad y belleza.
Si todavía no has experimentado este juego narrativo que (de momento) estoy llamando Ecos de Kurukshetra, o quieres volver a jugar, puedes aprovechar la próxima cita, el sábado 11.1.25, de 17.00 a 21.00 en la sala del colectivo CRA’P, en Mollet del Vallès.
Algunas de las devoluciones han sido:
“Se experimenta el Mahabharata desde otra dimensión, mucho más humana”
“El tiempo pasa volando, podríamos haber continuado una o dos horas más sin problemas”
“Nos creó una impresión profunda a muchos niveles. (…) Súper inspirador. Abraza diferentes aproximaciones y, sobretodo, da agencia a los participantes a la hora no solo de repensarse y re-sentirse, sino también de proponer; y esto combinado con las historias… huye de lo dogmático y al abrazar esta complejidad da mucho aire”.
Puedes venir como público o como jugador (máximo 12 plazas). Escríbeme a respirarelmahabharata@gmail.com para reservar tu plaza.
Para escribir esta entrada me he basado en la experiencia del encuentro del 12 de Diciembre de 2024 y el fragmento dedicado a Hidimba en una versión poética del Mahabharata contada por sus mujeres (Karthika Naïr, Until the Lions, Harper Collins Press, India, 2015 e ideas inspiradas por la introducción de Brujería capitalista, practicas de desembrujo de Isabelle Stengers y Phillipe Pignarre, Editorial Fricciones, 2021).
Imagen: Into the Wild, Gwen Vanderstraeten.
