Saludos,
la premisa de este blog, cuando lo empecé en el 2015, fue la de ur documentando el proceso de narrar el Mahabharata en 12 años, escribiendo cada quince días algo sobre el proceso y sobre el Mahabharata. Sobretodo sobre el Mahabharata, porque de alguna manera ya intuí, cuando empecé este proceso, que me costaría seguir escribiendo de la misma manera sobre el Mahabharata durante 12 años, y por esto me propuse que pasara lo que pasara cada entrada tenía que tener algo que ver con el Mahabharata, aunque sea una conexión vaga.
Esta es la primera entrada que escribo directamente desde el móvil, porque ya me toca publicar algo, pero no he podido preparar bien la entrada que seguía el hilo de la anterior. En este caso no por falta de actividad, sino lo contrario. El proceso de este noveno año de Respirar el Mahabharata, y la preparación de la narración del próximo 12 de diciembre, se ha bifurcado en varias líneas creativas, todas muy emocionantes para mí, y los últimos quince días he estado muy activo desarrollando con entusiasmo varias cosas a la vez que se encontrarán en la próxima narración. Esta actividad no me ha dejado tiempo para terminar una entrada concreta, por esto comparto un texto que he escrito últimamente para el espectáculo El viaje interior, dirigido por Toni Cots. Presentado por el colectivo CRA’P en el teatro de Can Gomà el pasado 28 de Septiembre.
El texto tiene que ver con el Mahabharata porque está basado en un discurso del maestro de Kalaripayatu, arte marcial indio, Lakshman Gurukal. El discurso, que el texto resume, va de la vía del guerrero, igual que el Mahabharata, vista con un enfoque que es el vengo buscando este noveno año.
En próximas entradas iré presentando la propuesta que está naciendo este noveno año, pero, primero, escuchemos:
En un pueblo lejano había un erudito que hablaba de espiritualidad y consciencia. Pero, mientras hablaba el maestro, abandonaron el pueblo unos trabajadores de su templo, porque sintieron en su cuerpo que se estaba acercando un terremoto. Cuando la tierra se sacudió el erudito todavía hablaba de consciencia y el terremoto los cogió a él y a sus discípulos por sorpresa.
La via del guerrero es un viaje interno – un viaje interior hacia la escucha.
Escuchar no es descubrir; la escucha es lenta y no tiene objetivo. Para escuchar no se puede tener prisa.
Escuchar no es escalar ninguna montaña, sino dejarse caer a tierra -a sus profundidades. Como un viaje – una rendición. Rendirse al miedo; a la vida; a la paciencia. Este es nuestro destino.
Escuchemos. Sintamos.
No estás solo, no estás sola. El universo está contigo. No conoces tu poder: escucha.
